Las oficinas tradicionales, entre cuatro paredes, no ofrecen calidad de aire. Son frecuentes los estragos del síndrome del edificio enfermo.
Se trata de diseños que integran conceptos de arquitectura y tecnología para ofrecer una adecuada ventilación e iluminación, dos factores claves para un adecuado rendimiento en la oficina.
Por ejemplo, ese compañero al que siempre ves cabeceando frente a su computadora, quizá no se desveló la noche anterior, y la razón es que en entre esas cuatro paredes no hay calidad de aire.
El mismo aire que usamos, lo estamos respirando, ese oxígeno ya no funciona igual en el cuerpo y nos debilita. Algunas empresas están inyectando aire ionizado, que da más potencia al trabajador que lo inhala, porque el oxígeno de calidad en la sangre, nos hace más productivos. Esto se aplica mucho en las minas.
Las ventanas abiertas no nos aseguran que los ambientes en verdad estén ventilados, por eso la ventaja de tener sistemas de control y automatización que regulen la calidad del aire en edificios y oficinas.
La iluminación natural también es un punto a favor en los espacios laborales, porque evita las molestias que produce la luz artificial mal regulada. En cambio, con los inmuebles inteligentes funciona distinto. Tienen un sistema multisensor que se pone en las fachadas de los edificios, capta la iluminación natural y gobierna a las persianas, que por fuerza se levantan para dejar ingresar la luz natural.
Estrategias de confort
El equipamiento y los espacios recreativos, al mismo estilo de empresas como Google y Facebook, que ofrecen áreas de relajación y de juego, son buenos complementos para las 'oficinas inteligentes'.
Existe una nueva tendencia hacia las oficinas abiertas, espacios donde no se distinguen las jerarquías y donde hay mobiliario moderno e iluminado.
El objetivo es que los trabajadores tengan más colaboración, más comunicación abierta y los jefes estén más accesibles. Se incentiva la interacción de las personas, la creatividad y la productividad.
Sin embargo, la falta de privacidad y una exposición mayor al ruido u otros estímulos distractores, pueden afectar el rendimiento del trabajador. En ese caso, las empresas deben de contar con áreas silenciosas, para cuando se necesite de una mayor concentración o se quiera hacer una llamada en privado, algún espacio donde se encuentre una mesa para sala de juntas ya sea para la toma de decisiones.
Son necesarias las reglas o protocolos que faciliten la convivencia dentro de estos espacios abiertos, como escuchar música o videos con los audífonos puestos, porque así todos se sentirán cómodos trabajando en el mismo espacio.
De la forma en que están diseñadas estas oficinas, más horizontales y con espacios de relajación, se atrae a personal idóneo. Hace que estas empresas sean más atractivas y quieran trabajar en la organización. Eso va acompañado del estilo de liderazgo y la forma de trabajar.
Aunque estas nuevas tendencias a lo que llamaremos la 'oficina del futuro' se pintan como muy convenientes, hay empleados que se resisten al cambio, pues les incomoda perder su espacio personal o su oficina privada.
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